miércoles, 23 de noviembre de 2011

MANDALAS..

Círculo, cuadrado, triángulo, etc. En cada santuario, catedral ... que elijamos visitar hoy en día veremos esta
geometría ejercer en silencio su influencia mística y ancestral y su magia conectora y correctora. Cuando vemos los rosetones de algunos de estos templos de piedra, no dejamos de admirar ese no sé qué, que nos penetra el alma.
   Por todas partes donde vayamos por el mundo, podremos encontrar mandalas, con sus diseños poderosos como llaves para abrir portales a la infinitud eterna.
   La devoción manifestada por Oriente en el arte de realizar mandalas despierta recuerdos de esa belleza o inocencia original, de ese equilibrio y saludable sentirse bien, algo semejante se puede SENTIR al observar cualquier bebé recién nacido, pura LUZ.
   Hacer mandalas es una experiencia que nos religa al origen, al punto en plena expansión.
   Cada mandala es un mensaje sanador específico que tú necesitas , desde tu alma para aliviar tu mente.

                                AHIMSALARA RIBERA.

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